Desde los coches tirados por caballos hasta las modernas motos que recorren las ciudades impulsadas por motores eléctricos, la movilidad ha evolucionado considerablemente a lo largo de la historia.

Pero no solo los vehículos han cambiado en los últimos 100 años. La sociedad está cada vez más concienciada ante la necesidad de apostar por modelos de movilidad sostenible que contrarresten los efectos negativos de los coches a motor sobre el medio ambiente.

Según la Comisión Europea, el transporte es el principal responsable del 25% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero en la UE.

Para entender hacia dónde vamos es importante saber de dónde venimos. Por lo que hemos querido hacer un repaso de la evolución de la movilidad desde sus inicios hasta nuestros días.

Los primeros vehículos de la historia

Al principio de los tiempos las sociedades eran nómadas; es decir, se desplazaban de un lugar a otro cuando agotaban los recursos naturales de dónde vivían. Su medio de transporte, por aquel entonces, consistía sencillamente en caminar.  

Sin embargo, con el tiempo, se dieron cuenta de que esto no era muy eficiente y, entre 3700 y 3200 a.C. los habitantes de Mesopotamia inventaron la rueda y los carros tirados por animales. Esto supuso una gran revolución y rápidamente, el resto de las civilizaciones, copiaron y mejoraron la idea con el paso de los años.

El siguiente gran hito en la historia del transporte fue la invención del primer coche a motor en 1886 de la mano de Karl Friedrich Benz. Se trataba de un vehículo motorizado con motor de gasolina y tres ruedas.

Todos estos avances comenzaron a definir los modelos de movilidad de la sociedad y, también, el desarrollo urbanístico de las ciudades. En un primer momento, la unidad de medida para definir el ancho y el alto de las calles era la envergadura de un hombre a caballo. Más tarde, en el siglo XX, el vehículo a motor impulsó la construcción de carreteras, autopistas, estacionamientos, etc.

Los coches toman las ciudades

En esos años, gracias al crecimiento económico y el aumento del poder adquisitivo de las familias, el coche se volvió el protagonista de las ciudades occidentales. Esto hizo que las instituciones públicas priorizasen este modelo de movilidad frente a otros. Tal es así que en Londres, por ejemplo, se eliminó la red de tranvías para dejar espacios a los vehículos a motor.

El aumento del uso del automóvil no sólo tuvo consecuencias sobre el tráfico de las ciudades sino también en la calidad del aire. Aunque es difícil encontrar datos que se remonten tiempo atrás, sí se sabe que entre 1990 y 2019 las emisiones de gases de efecto invernadero provocadas por los coches han incrementado en un 33,5% (datos de la European Environment Agency).

El despertar de la movilidad sostenible

Los últimos años ha ido cobrando fuerza en la conciencia colectiva la necesidad de evolucionar hacia una movilidad sostenible.

Muchas ciudades están invirtiendo en mejorar el transporte público, crear carriles bici, limitar la velocidad de los vehículos privados, aumentar las zonas peatonales y, en definitiva, crear espacios más habitables, amables y, sobre todo, más limpios.

Incluso desde los organismos centrales se está tramitando una nueva Ley de Movilidad Sostenible que busca proteger el medio ambiente y reducir los niveles de contaminación en las ciudades.

París, por ejemplo, ya es conocida por su modelo de ciudad en 15 minutos. Con esta idea se busca potenciar la actividad en los barrios para que cualquiera pueda satisfacer sus necesidades básicas (trabajar, comprar, descansar…) a una distancia que no suponga andar más de un cuarto de hora.

Al mismo tiempo, el mercado de los vehículos eléctricos también está en expansión. De hecho, la moto eléctrica se posiciona como el vehículo con más penetración. Según datos del año pasado, las dos ruedas representan un 5,8% de la cuota de mercado del 2022.

Vehículos compartidos y sostenibles

Otro de los grandes cambios a los que estamos asistiendo, para lograr este nuevo modelo de movilidad sostenible, es el uso generalizado de vehículos eléctricos compartidos. En Cooltra ofrecemos una alternativa de movilidad limpia que permite reducir el tráfico en las ciudades y las emisiones contaminantes a la atmósfera.

Contamos con una flota de más de 7.000 vehículos repartidos por las principales ciudades de Europa: Barcelona, Madrid, Valencia, Turín, Roma, Milán, Lisboa y París. Estos se pueden alquilar a particulares por minutos, permitiendo a los ciudadanos moverse libremente sin ataduras ni preocupaciones.

De este modo, con nuestro servicio, contribuimos a mejorar la calidad de vida en las ciudades a través de espacios más agradables, limpios y seguros.

En definitiva, nos encontramos ante un momento de cambio y estamos cada vez más concienciados sobre el uso de nuevas formas de transporte más limpias.