La ciudadela de Cascais es una antigua fortificación donde se defendía la ciudad de los ataques españoles por mar y una visita obligada de la ciudad. Además, es una buena forma de conocer su historia. Su construcción empezó en la Edad Media aunque más adelante se reforzó por orden de Felipe II y desde el año 1870 se adaptó para convertirla en la residencia de verano de la Familia Real y más adelante en la del Presidente de la República. Se puede entrar y ver en su interior algunas piezas de artillería. En el interior hay un hotel de 5 estrellas llamado Pestana Cidadela Cascais.
En la Plaza 5 de Octubre se encuentra el ayuntamiento y una estatua de Dom Pedro I de Brasil y IV de Portugal, que proclamó la independencia de Brasil y se convirtió en el primer emperador de Brasil y en el primer jefe de Estado de ese país. La obra de arte fue diseñada por el artista António Duarte. También puedes pasear por las calles Federico Arouca, la rua da Misericordia, Saudade, dos Navegantes rodeadas por casas pintadas de blanco y con mosaicos de azulejos.
El casco antiguo es un buen lugar para probar deliciosos platos de pescado y el marisco que ofrecen los numerosos restaurantes de la zona. Después de comer puedes comprar algún souvenir en alguna de sus calles ya que hay muchas tiendas o dar una vuelta por el Jardín Visconde da Luz.
Utilizado como defensa militar durante el siglo XIX, el Faro de Santa Marta decorado con azulejos de color azul y blanco tiene 20 metros de altura y en su parte baja hay un museo. También en la parte alta de su torre se pueden disfrutar de unas fantásticas vistas de la ciudad y del océano. Su entrada cuesta 4€ e incluye también la visita a la casa de Santa Marta, que se encuentra al lado y también es muy interesante.
En esta ciudad se pueden visitar cuatro playas: La Praia da Rainha, la Praia da Ribeira, la Praia da Duquesa y la Praia da Conceição. Todas de arena clara sedosa, aguas limpias, bares, cafés y restaurantes. Si quieres ver una playa rodeada de dunas y llena de surfistas, deberás coger tu Cooltra para ir a la Praia do Guincho, que es una de las más visitadas.
Esta maravilla natural está situada entre unos pequeños acantilados erosionados. La Boca do Inferno fue creada con la fuerza del océano Atlántico. Anteriormente fue una cueva marina hasta que se derrumbó y quedó un arco de piedra. Su nombre se debe al ruido y los chorros de agua que provocan las olas cuando se parten contra las rocas. La mejor hora para visitarlo es al atardecer para coincidir con una espectacular puesta de sol.
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